Todo el tiempo que me gustaría

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Últimamente tengo la sensación de que el tiempo pasa muy rápido, me dicen que es porque soy feliz,  y lo soy, pero a veces me gustaría que los días tuvieran algunas horas más.

A lo mejor es que me gusta hacer tantas cosas que es imposible materializarlas todas.

Y al final, mi pequeño rincón de Internet ha pagado las consecuencias de esta vida que no para y no espera.

Mi intención es retomarlo, pero supongo que publicaré de forma más espaciada en el tiempo.

Prometo volver porque tengo varias entradas muy interesantes en mente.

Viviendo

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La vida pasa, se esfuma, se va en un suspiro y viene en otro.

Porque se convierte en efímera junto con el tiempo, que no se detiene y con el que luchamos para pausar, adelantar, sin querer darnos cuenta de que seguirá y nosotros con él.

Nunca sabes en qué instante de tu vida todo se frenará en seco, el mundo dejará de dar vueltas y lo que antes era cotidiano, se convierte en vital.

Porque huimos de la rutina, nos quejamos por ver las horas pasar, por no verlas pasar, pero cuando todo se detiene, queremos volver a abrazar nuestra vida.

Por eso hay que seguir adelante, mirar de frente a lo que venga y sobre todo, disfrutar cada segundo, cada suspiro, lo insignificante, esos detalles que son instantes, vivir intensamente a tu familia, a tus amigos, a quienes te rodean porque al final la vida es esto.

No quiero irme con la sensación de que no disfruté, de que no amé lo suficiente o no lo expresé cuando debía.

La vida es un sentimiento, un milagro en equilibrio, frágil y peligrosa, divertida a veces, dramática muchas otras, pero vivir es lo mejor que podemos con hacer con ella.

Y hasta aquí mi reflexión de viernes lluvioso

Toda la verdad de los medios

He tenido la suerte de ver la última obra de Els Joglars, «Zenit» y desde luego es todo lo que pienso sobre los medios de comunicación.

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En la sinopsis hablan de «sátira» del periodismo actual, pero yo diría que es toda una descripción de lo que se está viviendo en el sector desde hace años.

Noticias que no se contrastan, fuentes que no son fiables, la búsqueda del titular donde no lo hay, el morbo por el morbo, la inmediatez por encima de todas las cosas…

Tanto que los periodistas llamados «de la vieja escuela» se consideran casi locos por querer hacer un trabajo de calidad.

Hace tiempo que pienso que el periodismo no existe, que ya es sólo un mero espejismo de lo que fue en los años 60, 70, 80 y hasta 90; poco queda de los análisis, las investigaciones, las entrevistas cara a cara, todo parece haberse esfumado para dejar paso a la revolución de las redes sociales.

Es como si el periodismo fueran las redes sociales, una pena, especialmente porque es mi profesión, y he tenido que dejarla a un lado.

Si todavía queda algo de calidad en los medios es gracias a los profesionales que hay detrás de lo que vemos, escuchamos y leemos, me consta que en esta profesión dan la cara por hacer un trabajo digno, pero que cada vez, lo tienen más complicado.

La moda de lo ecológico

Empiezo a pensar que volverse ecológico está de moda. O tal vez sea yo que empiezo a fijarme y resulta que a mi alrededor hay un mundo ecológico paralelo.

Me considero desde siempre bastante cuidadosa con el medio ambiente, pero algo moderado. No me había planteado dejar a un lado los químicos que nos rodean hasta hace unos meses.

Aunque si estoy segura de algo es que los extremos no son buenos  y aunque empecé dando un giro a mis rutinas de cosmética pasándome a la natural, tengo que decir que si algún producto no me funciona o lo hace mejor otro con los componentes digamos “no recomendados” me lo compro, lo uso y punto. Un poco de mesura en la vida, gracias.

Ahora estoy descubriendo en mundo ecológico en la alimentación y otros hábitos domésticos como la limpieza o el detergente de la ropa.

Y en estos primeros pasos que estoy dando por los supermercados ecológicos cuando me está dando la sensación de que todo el mundo se apunta a la moda de lo vegano. A lo mejor es sólo una sensación mía.

Todavía soy inexperta y no sé qué hay de verdad y de marketing en este asunto, pero lo cierto es que mi propio cuerpo me pide comer alimentos más saludables y empiezo a notar diferencia por ejemplo entre los panes normales y los ecológicos, entre el tomate triturado ecológico y el “otro”…Y de momento me gusta, aunque no tengo una opinión experta ni mucho menos, son sólo sensaciones y descubrimientos.

Tras el cambio a la cosmética natural estoy muy contenta, a ver en estos meses cómo me va con el cambio hacia la alimentación ecológica.

¡¡Se aceptan recomendaciones de productos y sitios varios para comprar y/o degustar!!

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Besitos miles

Sigo aquí

En pleno agosto y con la ciudad desierta es difícil encontrar a alguien, no sólo por la calle, por la blogosfera o por la vida en general.

Parece que en verano el tiempo se detiene y todos llevamos un ritmo más lento, todo es más pausado. Aunque los días pasan igual y el camino hacia el trabajo sigue siendo el mismo.

En mi caso me toca trabajar este mes, no me quejo porque como digo, todo es más tranquilo. Y porque en julio hice el verdadero viaje de mi vida. 

Llevo unas semanas sin actualizar el blog porque tengo en mente algunos grandes cambios y estoy preparando un post súper especial de ese viaje que comentaba.

Pero sigo aquí, aunque como todos, a un ritmo más lento.

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